Baches, veredas rotas, caños igual, corte de arterias, bocinas, taladros y todo tipo de ruidos hacen de Buenos Aires una de las urbes con mayor contaminación sonora. Y en el marco del Día Internacional de la Concientización sobre el Ruido, la Federación Internacional del Automóvil dio a conocer un informe.
En dicho informe, resulta que Buenos Aires es la ciudad más ruidosa del mundo luego de Tokio, Nagasaki y Nueva York. Casi un podio que nadie quisiera estar más allá de que hablamos de una urbe cosmopolita. En tanto, el Mapa del Ruido realizado por el Gobierno porteño refleja que gran territorio de la ciudad se mantiene cerca de los 80 decibeles por día.
La contaminación sonora no es un tema menor. Es causal no sólo daños en a la salud, sino también de generar consecuencias psicológicas y sociales muy importantes.
Para tener conciencia del tema, cerca de 1.100 millones de jóvenes en el mundo (equivalente a casi la mitad de la población de entre 12 y 35 años) se encuentran en riesgo de perder su capacidad auditiva a causa de la exposición prolongada y excesiva a sonidos fuertes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si bien la obra pública es necesaria, con caminar por las calles porteñas es posible advertir continuamente obras en calles y veredas rotas, camiones en arreglos en la vía pública, obras mayores, construcciones, etc, sin contar la inmensa cantidad de autos hacinados dentro de los límites de la ciudad.