ARGENTINA (Redacción) – La legalización del cannabis en Estados Unidos camina lenta pero sin pausa, de forma paulatina y decidida. Hasta la fecha, 23 estados han legalizado al menos la marihuana con fines medicinales -otros han llegado a despenalizar su uso-, y se espera que Pensilvania sea la número 24 por estas fechas, lo que poco a poco está creando un mercado de empresas que quieren beneficiarse de dicho sector, hasta la fecha ilegal en muchos estados del país.
Como si el fin de una ley seca se tratase, el país americano contempla cómo el mercado de la marihuana con fines medicinales -35 millones de estadounidenses utiliza el cannabis con estos fines- prevé crecer hasta los 7.100 millones de dólares, lo que representa un aumento del 26% respecto a 2015, y se espera que alcance los 22.000 millones para 2020, según el estudio realizado por New Frontier y ArcView Markey Research al que ha tenido acceso este diario.
Pero estos datos se centran en la marihuana con fines medicinales. Si se sumara la de curso no legal, un estudio de la Universidad de Harvard en 2010 cifró que el dinero que movía en total el cannabis en Estados Unidos podría situarse en torno a los 14.000 millones de dólares. Además, otro estudio de ese mismo año, este de CNBC, consideró que la cifra se situaría entre los 35.000 y 35 millones, lo que supone un jugoso caramelo para las empresas que consigan hacerse con el mercado cuando éste llegue a los cauces legales.
Los datos sobre cannabis para uso recreativo de forma legal en Estados Unidos -que permiten unos pocos estados, como Washington o Colorado- que recoge el estudio de New Frontier apuntan a que durante 2015 casi se recaudó 1.000 millones de dólares en su venta, en comparación con el año anterior, en el que la cifra alcanzó los 351 millones. Por ello, en los últimos años han aparecido en el país que preside Barack Obama una gran cantidad de empresas que destinan su actividad únicamente a la marihuana para uso medicinal, teniendo un ojo puesto en las posibles legalizaciones. Las startups relacionadas con el mundo del cannabis recaudaron en Estados Unidos 213 millones de dólares a lo largo de 2015 y esperan aumentar su espacio en el mercado del país gracias a la cada vez mayor aceptación por parte de la sociedad americana, que ha pasado del rechazo a la legalización en los años 90 de un 73% de la población, a tan solo un 39% en contra y un 58% a favor en una encuesta de hace algo más de dos años.
Pero ¿qué hacen exactamente estas startups?
Según la página CBInsghts, que recoge una relación de las empresas más importantes en este campo, las startups se dividen según su campo de trabajo en:
Entrega, suscripción y comercio: aquellas que ayudan al paciente a recibir la marihuana con fines medicinales de los diferentes servicios de demanda. Entre las destacadas están Eaze, que ofrece entregas de cannabis en menos de 20 minutos, o Meadow, una startups que alcanzó una facturación de 2,1 millones de dólares con su servicio especializado de ventas de marihuana a través de una aplicación para móviles.
Seguimiento: aquellas startups que proveen a los productores de marihuana, facilitándoles las herramientas necesarias y estableciendo un seguimiento de su producto.
Pagos: aquellas empresas destinadas a sistemas de pago que faciliten los pedidos de cannabis.
Análisis: empresas destinadas a la recopilación de datos sobre la industria del cannabis, ya sean número de ventas, tipo de transacciones o información precisa para marcas y productores con el fin de lograr un mayor impacto de su producto. Entre estas empresas destacan BDS Analytics o Steep Hill, que anuncia en su web que buscan «empoderar a los cultivadores, dispensadores, manufactureros y consumidores con un conocimiento transparente de la ciencia del cannabis».
Social network: MassRoots, una empresa que recientemente accedió al mercado de valores digital NASDAQ, es un ejemplo específico de servicio de red social, que permite conectar con más de 775.000 consumidores de marihuana, según detalla la startup en su web.
Noticias: en el mundo de la comunicación también han irrumpido empresas ‘facilitadoras’ para el consumo de marihuana. Tal es el caso de Merry Jane, una plataforma online que ayuda a concienciar sobre el cannabis y ofrece además herramientas interactivas para explorar nuevos productos, así como dispensarios y una comunidad online.
Productos: algunas empresas, algunas de ellas laboratorios, destinadas a mejorar la calidad del producto o elementos complementarios que ayuden al consumidor.
Sponsors y marcas: empresas destinadas a gestionar la imagen de las marcas de cannabis ya existentes o a potenciar nuevas firmas.
Pero no solo las empresas pueden sacar tajada del auge del comercio del cannabis, dado que otro de los actores que puede beneficiarse de la legalización del mismo es el Gobierno norteamericano. El estudio de New Frontier asegura que durante el año fiscal de 2014-2015, la DEA gastó cerca de un millón de dólares en el estado de Oregón para erradicar un total de 16.067 plantas de marihuana, lo que eleva la cantidad gastada por el contribuyente a 60 dólares por planta, a pesar de que el cannabis es legal en el estado, aunque no lo es cultivarlo sin licencia médica. Estos exagerados gastos llevaron al Gobierno a retirar los presupuestos para luchar contra las plantaciones privadas de marihuana. En otros estados, como el de Colorado, ese mismo año fiscal se recaudó cerca de 70 millones de dólares en impuestos por el comercio de productos relacionados con el cannabis. Toda una diferencia para las arcas públicas americanas.
Así, los emprendedores norteamericanos tienen la mirada fija en un negocio hasta hace unos años oculto bajo la fina capa de la ilegalidad, que va diluyéndose poco a poco en el debate político que recorre Estados Unidos y que puede generar un mercado lleno de posibilidades de aquel lugar en el que antes solo había un comercio ‘relegado a esquinas y callejones’.