BUENOS AIRES (Redacción) – Lo que hasta hace un año asistíamos a un boom del crédito hipotecario UVA hoy, una vez más, la historia lo manda a guardar al arcón de los recuerdos, allá en el olvido. Porque si bien a esta altura del año pasado miles de argentinos pedían y recibían su crédito hipotecario ajustado por el valor del dólar con cuotas mínimas y anticipos muy fáciles de reunir, hoy es todo lo contrario.
Hace un año, una persona o una familia tipo -2 adultos, 2 hijos- que quería dejar de alquilar en la Ciudad de Buenos Aires, podía acercarse a cualquier banco de la Ciudad, sea privado o público, y calificar sin problema para pedir en promedio 1 millón 250 mil pesos en UVA. Con esa hipoteca, se podía comprar una propiedad y comenzar a pagar cuotas de 6 mil pesos promedio.
Incluso, eligiendo el barrio de la Ciudad de Buenos Aires que más quisiera, sea Belgrano, Recoleta o Villa Lugano, ya que a mayor ahorro previo más chances de poder comprar en zonas más caras había. Hoy, quien piense al menos en un monoambiente en alquiler en zona norte de CABA, no debe pensar en menos de 12 mil pesos. Un 3 ambientes, ya supera los 16 mil. Del otro lado del mapa, en el sur, Soldati sigue siendo el barrio más barato, pero a su vez más inseguro.
Sin embargo, pasó el año y llegamos a septiembre de 2018 con un panorama muy distinto al proyectado meses atrás por el propio Gobierno, que estimaba una inflación a la baja del 20 por ciento en 2017, 15 en 2018, 10 en 2019 y menos de dos dígitos para 2020. Nada de eso pasó y, muy por el contrario, hoy tenemos una inflación del 42 por ciento que disparó las cuotas por las nubes.
Así las cosas, si hoy esa misma persona que en 2017 podría tomar cualquier crédito y calificar sin problema, hoy se necesitan al menos 90 mil pesos de ingresos demostrables en el grupo familiar, y una cuota que ya pasó de 6.000 a 14.000, evaporando todo cálculo para mantenerse a salvo de una posible crisis que ya llegó y dejó al borde de la locura a miles de porteños.
Por eso, en este preciso momento, se está analizando en el Congreso distintas alternativas para que, aprobadas y ley mediante, favorezcan a todos aquellos que ya no puedan pagar sus préstamos. Aún así, los especialistas aseguran que sería más caro hoy pagar un alquiler que la cuota de un préstamo UVA que, pese a todo razonamiento, análisis y posible esperanza, amenaza con dinamitar por el aire la esperanza y el bolsillo de muchas familias.