ARGENTINA (Por Lisandra Pagán*) – Recientemente he encontrado muchas personas interesadas en el emprendimiento. Suelo pensar que el interés surge de los reportes de emprendedores exitosos que aún cuando fueron en contra de todas las posibilidades (como si eso fuera algo nuevo para los emprendedores) han logrado ser un ejemplo para el mundo. O mejor dicho los que han recibido atención en el mundo (para no ser tan dramática). Es posible que cómo resultado a esa tendencia, la ciudadanía esté considerando o aceptando el emprendimiento como un “trabajo real”.
En fin, muchos han comenzado a preguntar, o a investigar. Me han pedido consejo, me han preguntado ¿cómo se emprende? Y también ¿qué se necesita para ser emprendedor? Lo increíble es lo que sucede inmediatamente hacen la pregunta; sin ni siquiera escuchar lo que tengo que decir, se lanzan a la conclusión de que ellos no tienen lo que se necesita para emprender.
Sorprendentemente, cuando yo les pregunto a ellos ¿Y qué es lo que se necesita, que tú dices que no tienes? La gran mayoría me responde que no saben que es. Entonces la paradoja es la siguiente, ¿cómo me dices que no tienes lo que se necesita, si no sabes que necesitas? Pues realmente no pienso que el “issue” no es el que no saben. El problema es que no quieren saber por temor. Después de varios meses escuchando la misma historia, he llegado a la conclusión de que hay una condición emocional que no ha sido reconocida por el mundo médico, la Emprendifobia.
La Empredifobia es una condición emocional en la cual no importa si tienen o no tienen “lo que se necesita” pues el temor, miedo, o aversión al emprendimiento es más fuerte que cualquier otro deseo, meta, o sueño que una persona pueda tener. Bueno pues la Empredifobia no es un término médico (se me ocurrió para describir lo que he observado).
Y como ya les dije lo que pienso, ahora les voy a presentar mi posición en lo que se necesita para emprender y también lo que no se necesita. Un emprendedor tiene que tener: un deseo de hacer lo que se propone, mejor dicho un deseo ardiente o una obsesión. Tiene que querer lograrlo más que nada en el mundo. ¿Y por qué? Porque el camino no es fácil, el emprendimiento no es para flojos, ni para los que se rinden con el primer obstáculo. La verdad es que no necesitas títulos, ni millones en el banco. El que tiene el deseo ardiente, la obsesión, generalmente lo logra por su consistencia, perseverancia y esfuerzo. No importa como lo logre o cuánto tiempo le tome, el emprendedor no se rinde y llega a su meta.
Lo próximo que necesita todo emprendedor es ser una persona de acción. Como dice el refrán, de intenciones está lleno el infierno. Con la intención de hacer no se logra nada, tienes que ser una persona de acción, que hace lo que dice. Una persona que no importa si tiene que posponer asuntos, cumple con lo que se propone hacer. El emprendedor no se sienta a esperar un momento “perfecto” para actuar, el emprendedor actúa. Mi amig@, si tienes ese deseo ardiente de hacer algo y lo haces, tú tienes lo que se necesita. Todo lo demás se puede contratar o siempre puedes buscar socios que tengan lo que falte. Ahora, si te falta el deseo te recomiendo que ni siquiera lo intentes. Si no eres persona de acción no pierdas tu tiempo, ni se lo hagas perder a otros.
Ya que sabes lo que necesitas, déjame decirte lo que no vas a necesitar. Un emprendedor no necesita: temor, ansiedades, inseguridades y mucho menos personas tóxicas que le roben la energía. Es saludable tener algún nivel de “temor” pues la adrenalina es propulsora de ideas, de la creatividad. Lamentablemente, cuando el temor, la ansiedad, o las inseguridades son mayores que el deseo ardiente de lograr las metas de la persona, esa persona se paraliza y no actúa. Entonces, en ese caso como te has dado cuenta, va a carecer de una de las dos características críticas que tiene que tener un emprendedor. Aquí es donde el temor, la ansiedad y la inseguridad resultan en Emprendifobia.
Hay otra manera de contagiarse con Emprendifobia y es mediante la compañía de personas tóxicas. Como les expliqué antes, esas personas tóxicas le roban la energía, la creatividad, el empuje, y te dejan paralizado tratando de reponerte. Estas personas suelen llevarse también el ánimo en su paso y dejan sembradas semillas de duda e inseguridad.
Hoy te ofrezco el remedio #1 para la Emprendifobia:
- Huye de las personas tóxicas como a las plagas. Recuerda que ellos se nutren de tu energía, no le permitas estar cerca.
- Rodéate de gente creativa, optimista y que estén en un lugar similar al que tu estés. Además de entenderte, te darán apoyo cuando lo necesites.
- Saca tiempo para las personas positivas, los que creen en ti. Recarga tus baterías, y si puedes lleva un “supply” de emergencias para cuando te haga falta.
- Inspírate con los logros de otros Emprendedores, esos logros nos recuerdan que si es posible.
- Siempre saca tiempo para darle apoyo a otros que lo necesiten, el dar siempre es un ejercicio que le recarga las baterías de inspiración y optimismo.
- Como se dice en mi pueblo: ante la duda, saluda. Pide ayuda si la necesitas.
Como con todas las condiciones o conductas limitantes, el primer paso es reconocer que hay un problema. Muchos han desarrollado la Emprendifobia a causa de experiencias anteriores, otros como resultado de haber sido testigo de las experiencias de otros. No sé cuál pueda ser tu razón pero te recomiendo si reconoces que tienes Emprendifobia, ¡busca ayuda! Todos tenemos algo que ofrecer a este mundo, no te niegues la oportunidad.
Lisandra Pagán, PhD. Soy Puertorriqueña, Emprendedora, con fracasos y éxitos en mi cinturón. Llevo mis fracasos como herida de guerra, las muestro con honor para ayudar a otros a lograr sus sueños de tener su negocio propio. Para más información puedes visitar la sección Más de Mí, el sitio web: www.estrategiasparaexito.com Email: info@estrategiasparaexito.com
Excelente