BUENOS AIRES (Redacción) – Dos noticias tienen como protagonista a la famosa Ciudad Oculta, esa villa de emergencia que se encuentra en Lugano, al sur de la ciudad de Buenos Aires. La buena noticia, es que finalmente el tristemente célebra Elefante Blanco pasó de la demolición a la construcción del futuro Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, dentro del plan de descentralización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de incrementar las obras públicas en las comunas más relegadas.
Pero al mismo tiempo, se vive otra realidad. Hugo Bentivenga, integrante de la Comuna 8, reclamó la urgente asistencia de agua potable en el asentamiento que ahora, con las nuevas obras de infraestructura para la dependencia porteña, exige mejoras de todo tipo para todos los vecinos del lugar.
Los vecinos se quejan de los constantes focos infecciosos en la Villa y que la instalación de agua potable -hablamos de un barrio que está a 35 minutos del microcentro porteño- es determinante para la calidad de los porteños. Varias instituciones y organizaciones se reunieron para unificar reclamos y analizar las principales necesidades y problemáticas de la zona.
Hoy, el riesgo sanitario en toda la zona es alarmante. La gente asegura que el agua que reciben en sus viviendas es de color amarillo, muy corrosiva, con olor a cloaca, y ni reutilizable para la limpieza. Por eso, es urgente la intervención del Gobierno porteño ya que la precariedad del servicio genera que las cañerías de agua y desagüe cloacal intercambien fluidos y produzca efectos contaminantes que afectan a más de 300 viviendas en Ciudad Oculta, donde allí habitan niños, mujeres embarazadas, ancianos y discapacitados.