BUENOS AIRES (Redacción) – Muchos aún no lo conocen, ni mucho menos en una fecha clave para la comunidad china, pero mañana y pasado se realizará en la plaza Parques Nacionales Argentinos (Figueroa Alcorta, entre Sucre y Echeverría) de Belgrano el Festival de Año Nuevo Chino.
Un variado programa de actividades fue diseñado para recibir el año 4715, que, según el horóscopo chino, corresponde al Gallo de Fuego. Aunque la entrada es libre y gratuita, los organizadores sugieren llevar un alimento no perecedero que será donado a entidades de bien público.
Desde las 12 de mañana, se podrá recorrer los puestos instalados en la plaza, situada a diez cuadras del Barrio Chino; ofrecerán a los visitantes platos y objetos típicos, entre otros.
A las 14, tendrá lugar una ofrenda a Buda en el Templo Foguang Shan (Cramer 1733) para garantizar un comienzo de año auspicioso y, a las 15.30, se iniciará el desfile de dragones y leones de tela, a los que la tradición china adjudica el poder de esparcir la buena fortuna.
La empresa Phoenix Dorada organiza el evento, en el que también participarán la embajada de la República Popular China y el gobierno de la ciudad.
El vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, inaugurará oficialmente el festival a las 16.30 y participará de la ceremonia de «Clavado de pupilas», que marca el despertar ritual del dragón y el inicio de su recorrida por el parque.
La jornada continuará con exhibiciones de artes marciales y danzas, y cerrará a las 23, con una presentación del Ballet de Pekín, que incluye entre los integrantes de su elenco a cantantes líricos, músicos y malabaristas. Este grupo interpretará fragmentos de la ópera china «Intercambio de máscaras» y cantos festivos.
Pasado mañana, desde las 14, habrá más artes marciales gracias a una exhibición de Wushu a cargo de la Casa de la Cultura de Santa Fe, una demostración de la ceremonia del té y shows de grupos y solistas. El cierre será a las 21 con un espectáculo de fuegos artificiales.
En ediciones anteriores, la celebración del Año Nuevo chino se convirtió en uno de los eventos más convocantes del calendario cultural porteño. Sólo el año pasado reunió a 600.000 personas, según datos oficiales.