BUENOS AIRES.- Tiempos difíciles para los medios de comunicación, principalmente para los medios más pequeños, aquellos que deben realizar una tarea periodística y social con muy pocos recursos y, de esos pocos recursos, sufrir un fuerte recorte. Así se plantea el problema suscitado en la ciudad de Buenos Aires luego de que la Secretaría de Comunicación Social porteña decidiera achicar la pauta oficial de los medios incluidos en el Registro de Medios Vecinales.
En el sector gráfico, por ejemplo, Papel Prensa SA anunció un nuevo aumento del 9,5% en el precio de sus productos lo que suma ya el séptimo incremento en lo que va de 2018 con una suba total del 79% en apenas seis meses. Esto afecta directamente a los medios gráficos porteños incluidos en el Registro que desde hace unos meses comenzaron a sufrir un recorte en la publicidad oficial que reciben mes a mes.
Lo mismo ocurre con la pauta destinada a las emisoras radiales oficiales, a las producciones radiales independientes y a los portales de noticias web que reflejen la temática porteña.
La Asociación de Diarios y Periódicos Regionales Argentinos (DYPRA) denunció la «escandalosa concentración de pauta oficial, la inversión desproporcionada en gigantes extranjeros de redes sociales y la inmanejable suba de tarifas pone en riesgo el periodismo en Argentina», mientras que los medios de comunicación inscriptos en el Registro de Medios se reunieron frente a la Jefatura de Gobierno porteño en Parque Patricios, para denunciar este ahogo financiero frente a la sede del edificio oficial.
Diversos titulares de medios vecinales denunciaron la decisión del secretario de Medios de la Ciudad, Marcelo Nachón, y su subsecretario, Máximo Merchensky, de reducir la pauta oficial modificando ilegalmente la ley que impuso las condicione del Registro de Medios, escenario en tenso conflicto que sigue hasta el día de hoy. Al menos 50 medios vecinales se unieron para defender un derecho adquirido básico: acceder a una muy pequeña porción del apoyo oficial que salen miles de millones para los grandes conglomerados mediáticos del país pero que a cuentagotas y en directa decisión de erradicarlos, achicando la correspondiente a los medios considerados «comunitarios» o «vecinales».