BUENOS AIRES (Redacción) – Mucho se ha escrito sobre el mundo emprendedor, pero ahora, en verano, con unos minutos al día para relajarse, nada mejor que recomendar a Rob Martínez, autor de “El tiempo y el lugar de las cosas» y aprender de cada línea de un libro que bien puede convertirse en esa guía ágil y sencilla: cada página abierta al azar es un consejo clave para recordar.
El libro es un recorrido por la ríquisima historia de este joven emprendedor ahora también escritor, “porque cuando empezas con una cosa, después el corazón y las ganas te piden más y así llegó el libro”, cuenta Martínez. Y aprovechando su propia experiencia qué mejor que hacer un inventario de las carcterísticas que definen a ese ADN emprendedor y que van mucho más allá de una cuestión de actitud, hábitos o comportamientos e incluso la pasión por hacer.
Una de las cosas que Rob deja entrever en su libro es que el compromiso y la determinación son pilares fundamentales en la estructura emprendedora porque “para lograr los objetivos que nos proponemos se requiere de esfuerzo, tiempo y lealtad con uno mismo», sostiene Martínez para quien “como emprendedores somos los únicos que no tenemos derecho a abandonar el barco”.
El coraje, es otra gran características del ser emprendedor porque el miedo de fallar en el intento y lo que eso pueda ocasionar es el clásico temor entre los emprendedores, pero ya con bastos años de experiencia el autor aconseja que “sin dejar de ser realista, no hay que tener miedo a fallar porque de ahí es de donde salimos más fortalecidos y creativos.”
También es clave, como reza la frase, “pensar en la oportunidad primero y en el dinero después” porque ahí radica gran parte del éxito del emprendedor. “Es una pasión que se lleva en el alma, cuando se empieza por este camino nacen esas ganas de estar siempre dispuestos a aventurarnos a nuevas oportunidades”, asegura Martínez.
La confianza y la adaptabilidad también son básicas a la hora de emprender, como bien explica Rob, “la capacidad de enfrentar el cambio es el pan de cada día para nosotros los emprendedores.” Saber adaptarse y ser flexibles es clave para reaccionar con rapidez y efectividad ante cualquier circunstancia que se prensente sobre todo en un país tan cíclico como lo es Argentina.
Finalmente la inteligencia y la estabilidad emocional terminan de completar el mapa emprendedor. Por supuesto, estas características no son innatas, requieren de un trabajo personal fuerte, y Martínez lo sabe “no se nace siendo inteligente emocionalmente, son las experiencias y circunstancias de vida las que van moldeando al emprendedor que se sabe comunicar, emocionar y empatizar. Sabe que no es perfecto pero se equilibra para surfear la ola y continuar.”
Con perseverancia, disciplina, resiliencia, aprendizaje y amor es que los emprendedores se forman, crecen y llegan a cumplir sus metas. No quieren saberlo todo, solo rodearse de los mejores, no persiguen grandes empresas sino más bien grandes oportunidades, son visionarios y estratégicos, piensan diferente y están dispuestos a hacer historia, la propia.
Por eso si te sentís indentificado con esto o ya tenes un proyecto entre manos, “El tiempo y el lugar de las cosas” es una lectura obligada. Un libro en el que, sin importar en que página lo abras, vas a encontrar un mensaje que puede marcar tu camino emprendedor.