BUENOS AIRES.- Ayer se informaba que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, luego de un reclamo histórico de varios vecinos, se firmó el traslado del penal de Villa Devoto a Marcos Paz, a un anexo de varias hectáreas que entrará en proceso de construcción. Y mientras la ciudad festejó y mostró el anuncio acompañado de momentos de exaltación, para todos no fue motivo de alegría.
Ocurre que desde hace décadas que la presencia del penal de Villa Devoto en ese barrio obligó a contabilizar una zona con constante presencia policial, lo que daba cierta seguridad a los vecinos de la zona, sobretodo teniendo en cuenta que esta parte de la comuna de muchas cosas bajas es frecuente el robo en la propiedad privada.
La permanencia allí del penal siempre conformó a los vecinos esa proximidad y la presencia policial por el lugar. Ahora, confirmado el traslado del penal al Conurbano bonaerense, sacó a la luz la resistencia de otro grupo de vecinos que no podrán ya evitar el traslado que concluirá en 2020.
Por su parte, las inmobiliarias locales celebran la decisión, ya que la ausencia del penal con un nuevo espacio verde con un desarrollo habitacional, devolverán el valor del metro cuadrado a las viviendas aledañas.
En tanto, no desaperece el reclamo de los vecinos por el incesante robo en la calle y sobre los autos. La Ciudad, como respuesta a través de la comisaría local, elevó la cantidad de cámaras de seguridad que, por el momento, no son suficientes para poder detener el delito en la vía pública.
En cuanto al destino de los reclusos, los 1.800 internos serán llevados a un nuevo establecimiento anexo al Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz, con una superficie cubierta de 65.653 m2 en un predio de 120 hectáreas. El traslado final será concluido en septiembre de 2020.