BUENOS AIRES (Redacción) – Como cuando éramos chicos: el que rompe, paga. Cada vecino de cada comuna, de romper su vereda, deberá afrontar las refacciones con su patrimonio. Así lo aprobó la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires luego de confirmar un nuevo marco regulatorio para las veredas.
De esta manera, los frentistas deberán hacerse cargo de reparar todos aquellos daños derivados del mal uso o desgaste de las mismas, como así realizar el mantenimiento y la reconstrucción. De no hacerlo, se aplicarán multas de entre $ 2000 y $ 55.000.
Sin embargo, vale aclarar que en caso de que las empresas de servicios públicos realizaran obras, las mismas serán cubiertas por las compañías. Pero, todos los demás arreglos, los deberán cubrir cada vecino. Asimismo, el Gobierno porteño implementará un régimen jurídico en el cual se fiscalizará los trabajos de las empresas de servicios públicos, ya sea de agua, gas, luz y telefonía.
Según estimaciones oficiales, más de la mitad de los 300.000 frentes existentes en la Ciudad, presentan disintos daños.
Desde la oposición aseguran que desligar en los vecinos el arreglo de las veredas es duplicar un impuesto que ya están pagando. Para la Izquierda en la Legislatura, «nace otro avance del PRO para los porteños pese a que el Estado en manos de Rodríguez Larreta cuenta con el presupuesto más rico de la Argentina».