BUENOS AIRES (Redacción) – Pasó la devaluación y las consecuencias son más graves aún, porque ahora en la ciudad de Buenos Aires, una familia tipo de padre, madre y dos hijos, necesitó en agosto un ingreso de $20.937,90 para no ser pobre y cubrir el costo de la Canasta Básica Total (CBT), que subió 3,5 por ciento durante dicho mes, según datos oficiales de la Ciudad.
La Dirección General de Estadística y Censos porteña agregar que un hogar conformado por una pareja económicamente activa, con vivienda propia y dos hijos necesitó más de $10.200 el mes pasado para no caer en la indigencia. Tan sólo un año atraás, la canasta básica estaba en los 15.000 pesos.
¿Cómo se establece si un hogar es pobre o indigente? Porque se los considera a aquellos en los que sus integrantes obtienen un ingreso total mensual que no les alcanza para cubrir la canasta básica total, pero pero sí la canasta básica alimentaria, permitiendo así al menos poder subsistir con los alimentos básicos para poder alimentarse. Pasada esa línea, la indigencia es cuando una familia tipo no logra siquiera poder alcanzar los alimentos básicos.
La Ciudad, pese a ser el distrito más rico del país, es un reflejo de la crisis generalizada. La devaluación del mes pasado que llevó al dólar de 40 pesos en tan sólo un día, abrió un nuevo registro de pobres en la Argentina, no sólo en territorio porteño, que ahora debe vivir en una economía un 40 por ciento más cara, con salarios devaluados, servicios públicos por las nubes, y un nivel de vida cada vez más paupérrimo.