BUENOS AIRES (Redacción) – Según las estadísticas, una sola edición de los Juegos Olímpicos de toda la historia, dejaron ganancias para la sede organizadora. No hablamos sólo de dinero, sino de inversiones y el legado a futuro por haber organizado una competencia deportiva de semejante magnitud. Y en el caso de la versión para la Juventud, Buenos Aires también debe analizar qué es lo que queda en el debe y en el haber.
Antes vale recordar que los Juegos Olímpicos de la Juventud se desarrollan cada cuatro años, al igual que los juegos de mayores, pero sólo abarca a deportistas de entre 14 y 18 años con disciplinas que en la versión tradicional no están. Y la de Buenos Aires es la tercera edición luego de Singapur en 2010 y Nanjing (China) en 2014.
Números
En la presentación oficial de la candidatura hace ya cinco años el Gobierno porteño había estimado una inversión de US$ 231 millones que comprendían 104,7 destinados a la organización y 126,4 millones para obras de infraestructura permanente, con el dato de que esos números se hicieron pensando en una inflación anual del 5,7% entre 2012 y 2018, y un dólar a 4,5 pesos, valores que prácticamente quedaron sepultados.
Así las cosas, en cinco años los gastos crecieron. Entre 2014 y 2018 la Ciudad de Buenos Aires destinó a este evento casi $6.700 millones, con $3.500 para la organización y más de $3.100 millones a obras para la Villa Olímpica y las distintas sedes donde se realizan los Juegos, como también al desarrollo urbanístico de la Comuna 8, zona donde está la villa. Es decir, según el tipo de cambio oficial promedio de todos esos años, la inversión para estos Juegos Olímpicos fue de 333 millones de dólares, un 44% mayor a lo estimado inicialmente.
Ejemplos anteriores
En el caso de Singapur, y como suele pasar en la mayoría de los casos, todo comenzó con un presupuesto de US$ 75 millones para finalizar un gasto de US$ 280 millones, más del triple que se había pensado. En el caso de China, decidieron no dar a conocer esa información.
El legado
Más allá de los números, la clave acá es saber qué queda en el haber a la Ciudad de Buenos Aires, y uno de los temas principales es el alojamiento, porque para la Villa Olímpica se licitó la construcción de 31 edificios en la zona sur de la Ciudad con un total de 1.200 viviendas, punto de Villa Soldati que desde ahora será un barrio más con viviendas destinadas a vecinos de la zona.
Si bien la idea inicial era que la Villa terminara en viviendas sociales, el director de la Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), Juan Maquieyra, aclaró que dichas propiedades saldrían a la venta y no serían catalogadas como «desarrollos sociales». Por eso, en marzo pasado, se abrió la inscripción para la venta de los departamentos que acaban de ser utilizados por los atletas, y lo hizo ofreciendo departamentos de uno, dos y tres ambientes a más de $1.600 dólares el metro cuadrado, con créditos de hasta 30 años y una tasa de interés menor al 5 por ciento anual, lógicamente bajo la modalidad UVA.
Así, los monoambientes tienen un valor promedio de $1,2 millones; los de dos ambientes valen en promedio $1,6 millones y los de tres ambientes $2,3 millones, con la Ciudad que subsidió un 14% del valor de la propiedad que tendrá a dueños de la Comuna 8 principalmente, y luego a otros barrios de la zona sur. Hoy, las casi 1.200 viviendas ya fueron adjudicadas recién el año próximo sus nuevos dueños podran tomar posesión.
Precisamente, de esos créditos es que saldrá parte de la recuperación en lo invertido. Para graficarlo mejor, el proyecto de presupuesto porteño para 2019 enviado a la Legislatura estima recursos por $2.400 millones provenientes de la venta de inmuebles de la Villa Olímpica.