BUENOS AIRES – En tiempos de bonanza económica no solemos demorar mucho en elegir un producto. De hecho, según los estudios realizados con consumidores, en el 2001 una persona demoraba al menos un minuto frente a la góndola al momento de elegir el producto a comprar. Un par de años después, ante el mismo momento, no se demoraba más de 10 segundos en hacer la elección.
¿Por qué esto? 2001, tiempos de crisis extremos. 2009, bonanza económica. Hoy, en octubre de 2019, la crisis pegó fuerte en todos los sectores, la inflación destruyó el poder adquisitivo, y los salarios quedaron desfasados. Comprar en estas condiciones es una misión casi imposible, al menos para nuestros bolsillo. Sin embargo, hay que prestar atención -y mucha- al siguiente escenario que se repite todos los días en todos los supermercados.
¿Por qué pagar de más ante el mismo producto y la misma marca? Esto ocurre cuando comparamos el precio de, por ejemplo, un queso crema para untar de una marca muy reconocida a otra menos difundida. En ejemplos concretos, si uno compara el queso marca Día (por la cadena de tiendas de bajo costo) con el Casancream, el primero tiene un valor de 80 pesos contra $150, aunque acá hablamos de productos y marcas distintas.
El mejor ejemplo y que cada consumidor debe asumir el riesgo de investigar, informarse y decidir, es el de la mayonesa Hellmans versus Ri-K. La primera supera en precio a la segunda por varios pesos, pero se trata de exactamente la misma mayonesa en su interior, pero con packaging distinto, publicidad para una y no para otra, y otros costos asociados que hacen que unos compren sólo por la confianza que les genera y otros sólo por la conveniencia, pero ambas, son la misma mayonesa.
El ingeniero en alimentos Agustín Crok recuerda que primero hay que reconocer el producto con una serie de características porque, gracias a ello, sabremos si es exactamente el mismo. Con sólo mirar la parte de atrás o de abajo tenemos que observar:
–R.N.E (una constancia de que la empresa fue inscripta en el Registro Nacional de Establecimientos y es único para cada compañía)
-La información nutricional.
-El orden de los ingredientes (los primero en aparecer son los que se encuentran en mayor proporción).
Si los tres coinciden, estamos ante el mismo producto. Ejemplos sobran, desde la leche famosa de “primera marca” que está procesada y envasada por la misma empresa que comercializa otra de “segunda marca” a menor precio, pero con la misma información nutricional.