BUENOS AIRES (Redacción) – Desde que la actividad emprendedora comenzó a tener un impulso por momentos demasiado intenso en la Ciudad de Buenos Aires y en el país, con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de la Nación, desde CiudadEmprende.com hemos dado lugar a las voces que advertían sobre el lado B del supuesto mundo color de rosa del emprendedor.
Marcelo Berenstein es uno de los especialistas con más antiguedad en la materia, y en su portal Emprendedores News hizo un análisis sobre las «mentiras del ecosistema emprendedor» que a continuación recopilamos:
«Emprender está de moda, es cool, fashion y glamoroso pero no todo es oro aunque parezca relucir. Hay mentira, soberbia, vedetismo e hipocresia.
Cuando comencé con Emprendedores.News, hace más de una década, muy pocos tenían idea qué era emprender. Por suerte, hoy existe un ecosistema emprendedor que, aunque lejos de estar consolidado, crece en calidad y cantidad. Sin embargo, hay algunas cosas que me preocupan y que aún estamos a tiempo de cambiar.
Emprender parece ser la nueva la fiebre del oro en el siglo 19. Jóvenes y no tanto se lanzan a la aventura del negocio propio hipnotizados por los cantos de sirena del ecosistema.
Es una maravilla que cada ciudad, provincia y nación desarrolle el emprendedorismo como politica de estado. Mejor aún es sumar a universidades, sector privado y tercer sector al ecosistema pero todos deberiámos estar más atentos a los enemigos ocultos que detecté en tantos años:
1. La soberbia emprendedora es uno los temas que más ruido interno me causan.
2. El vedetismo emprendedor es otro. Vas a cien eventos y encontrás siempre a los mismos personajes parados cual planeta radiante y una audiencia rotativa que orbita a su alrededor.
3. También me preocupa el gueto emprendedor, integrado por un grupete que pegó un par de rondas de inversión o vendió y se dedica a jugar al emprendedor e inversor serial, dando lindas charlas, escuchando seriamente los planes de inversión de emprendedores, pero sin poner nunca una moneda.
4. No me banco la hipocresía emprendedora de un creciente número de personas que me llamaban para pedir favores cuando arrancaban y suplicaban que le publique y cuando empezaron a crecer miran para otro lado cuando los llamo.
5. Hay mucha careta emprendedora entre los que te hablan de millones de dólares pero no se le caen ni cincuenta centavos del bolsillo; de los que te hablan de como apoyan el ecosistema emprendedor pero en realidad no dan puntada sin hilo disfrazando su avaricia con un notable marketing personal.
6. Cada vez que escucho a algún emprendedor hablar del control del ego y la humildad me pica el alma y quedo alerta para verlos actuar en la vida real, más allá de los discursos lindos. Es un buen ejercicio pero con un costo alto: he perdido la credibilidad en algunas celebrities emprendedoras.
A muchos rockstars del emprendedorismo no les vendría nada mal releer la fábula del águila y el escarabajo:
“Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo, suplicándole que le salvara. Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga; pero el águila con desprecio por la insignificancia del escarabajo, devoro a la liebre en su presencia.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra.
Viéndose el águila acosada, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos.
Zeus ofreció al águila cuidar sus huevos colocándolos en su regazo.
Viendo esto el escarabajo hizo una bolita de barro, voló y la dejo caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiro por tierra los huevos sin darse cuenta.
Desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.
Moraleja: Nunca desprecies al pequeño o al insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte”.