BUENOS AIRES (Redacción) – Un tiempo atrás, un complejo de edificios del barrio de Villa Lugano llegó a la pantalla de los principales noticieros de la televisión de aire y cable, por ostentar el récord de robos consecutivos en el mismo día en el mismo lugar. Se trata del barrio Juan José Castro, cuatro edificios enfrentados entre sí que ocupan toda una cuadra, en las esquinas de la avenida Escalada y la Autopista Ricchieri.
Enfrente se encuentra la villa Cildáñez, asentamiento que creció vertical y demográficamente año tras año. Al mismo tiempo, casi en paralelo, creció la inseguridad al punto de llevar a Lugano a lo más alto de las estadísticas policiales porteñas: el barrio ya era el más inseguro en robos en la vía pública.
Así sea por zona liberada o por confluencia del destino, se repitieron varios robos en un mismo día en un mismo lugar. Los vecinos del complejo, cansados, cortaron la avenida Escalada en señal de protesta. Los noticieros se hicieron eco y se viralizaron las imágenes de ladrones ultrajando a los vecinos a plena luz del día.
Reclamos ante la comisaría, quejas al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, denuncias, más quejas. Nada hizo que mejorara la situación, hasta que se dio el primer paso: obligados por la presión vecinal, se asignaron a dos uniformados y una casilla fija en el centro del complejo de cuatro edificios. Fue un primer paso.
El otro paso, el más importante, se acaba de concretar en forma preliminar. Gracias a la presión de los vecinos de los cuatro edificios, se formó una comisión para exigir enrejar el barrio. Hubo resistencia de las autoridades porteñas hasta que cedieron: dieron el ok para enrejar todo el barrio Castro.
Hoy, no comenzó siquiera el primer pozo, pero el proyecto está en marcha.
Un logro, entre tantas derrotas.