BUENOS AIRES (Redacción) – Un caso más, un caso distinto. Matías Altbach decidió que la economía no era el rumbo principal de su futuro e hizo lo que sencillamente se pregona en el mundo emprendedor: vivir de lo que e apasiona. Así, con su cámara de fotos, se convirtió en esa persona que muchos desean reflejarse: emprender, viajar y trabajar. Claro, de lo que uno ama.
Ciudad Emprende: ¿En qué momento decidiste convertirte en emprendedor?
Matías Altbach: No sabría identificar el momento exacto en el cual me “convertí” pero, desde muy chico, siempre realicé actividades para lograr hacer las cosas que me gustaban. Por ejemplo: a los 11 años animaba fiestas infantiles haciendo trucos de magia (que me compraba mi abuela), crecí y comencé a vender videojuegos para consolas y cuando terminé el secundario -mientras estudiaba Licenciatura en Administración y Actuario en paralelo- encontré otras formas de vincular mis pasiones y convertirlas en un emprendimiento. Desde importar muñecos coleccionables de Los Simpsons que vendía por MercadoLibre hasta abrir un Video Club, que tuve durante siete años. Era un pequeño local de barrio que se especializaba títulos específicos que no encontrás en Netflix, Cuevana, etc. Luego de recibirme como Licenciado en Administración en la Universidad de Buenos Aires, decidí empezar un nuevo emprendimiento: la fotografía. Al día de hoy se convirtió en una de mis pasiones y en un estilo de vida. Cuando tomé esta decisión, me encontré con opiniones variadas. Tanto mi familia, mis amigos y mi entorno social se preguntaban cómo iba a cambiar radicalmente de carrera luego de todos los años que había estudiado Ciencias Económicas. Yo no lo ví así, para mí era una oportunidad de seguir aprendiendo y combinar mi pasión por la rama cultural y artística con mis aptitudes de organizador, administrador, y liderazgo para llevar adelante distintos emprendimientos que tenía en mente. Así, me especialicé en los espectáculos culturales masivos: carnavales sudamericanos, festivales de música en Europa que me llevaron a recorrer el mundo, conocer gente de distintas culturas y vivir una aventura con mil anécdotas y aprendizajes. Ahora puedo llevar mi trabajo a cualquier parte y creo que esa es una de las características más importantes que debe desarrollar un emprendedor.
CE: ¿Cómo conjugas tu pasión por la fotografía respecto de trabajar en forma independiente?
MA: Creo que son parte de la misma cosa y, de hecho, se retroalimentan. Comencé dando un curso de fotografía de espectáculos y, si bien ya tenía un pequeño recorrido hecho, la capacitación para enseñar y saber transmitir una idea o un concepto es algo que aprendí en el camino. Ya sea a partir de preparar cada clase así como también aplicando experiencias personales en donde puse esta teoría en práctica. Eso me sirve para demostrar que funciona y poder alivianar el camino para otros que quieran recorrerlo. El conocimiento que adquiero en la investigación y experimentación personal la transmito a otras personas que también quieran vivir de su pasión. No es un camino fácil y es mejor estar bien acompañado. Las consultorías previas y posteriores me hacen conocer las necesidades y dificultades de los emprendedores hoy en dia. Voy a charlas, eventos y convenciones relacionadas a esta temática. ¡Soy fan de los libros! Tengo una gran colección de publicaciones que hablan sobre las direrentes cuestiones del mundo emprendedor. Este tipo de conocimientos no los enseñan en las escuelas y por eso creé Emprendete, un curso que identifica las cuestiones necesarias para desarrollar cualquier tipo de proyecto, especialmente en el mundo cultural y artístico.
CE: ¿Cómo ves al emprendedurismo en la Argentina de hoy, en crisis económica?
MA: Una persona creativa debería ver cualquier situación negativa como una oportunidad y no como una crisis. El emprendedurismo es un concepto muy nuevo en Argentina porque la gente aún confunde a un emprendedor con un hombre de negocios. La situación actual nos lleva a aplicar nuestra creatividad al arte, a la cultura y a detectar las nuevas formas y diseños que puedan impactar en nuestro estilo de vida. A partir de esa búsqueda, nacen nuevos proyectos.
Cada vez hay más maneras de construir negocios multimillonarios bajo costo y nuevas herramientas. Con esto no quiero decir que el dinero debería ser la fuerza movilizadora pero sirve para ejemplificar que las condiciones siempre están dadas para un emprendedor.
CE: ¿Cómo son los emprendedores en el mundo y qué visión aporta trabajar en el exterior?
MA: En los últimos 2 años me ha tocado viajar por trabajo y recorrí distintos festivales europeos. Además, tuve la oportunidad de ir a reuniones y eventos de networking en donde pude conocer el mundo emprendedor en Europa. La pasión por lo que hacemos es común a todos aunque cada cultura tiene distintas maneras de tomar decisiones y diferentes maneras de hacerlas cosas. Trabajar en el exterior me aportó conocimientos y herramientas distintas, abrió mi visión de trabajar en equipo. Aprendí que saber rodearse de los profesionales más capaces es un gran diferencial. En Argentina mucho de los equipos de trabajo se forman entre amistades y, a veces, ni se tiene en cuenta la calidad profesional. Un gran ejemplo de esto es nuestra selección de fútbol, acá se debate si los convocados son los amigos de Messi o los jugadores que están en mejores condiciones. Por ejemplo, en Alemania hacen recambios generacionales y arman equipos de fútbol a mediano y largo plazo. En Argentina cuesta pensar en objetivos y metas a futuro.
CE: ¿Cómo alcanzaste el logro de trabajar de lo que te gusta y viajar por el mundo?
MA: Viajar por el mundo siempre fue mi pasión pero el momento bisagra en mi vida fue cuando gané el premio NME en 2014. ¡Me eligieron “mejor fotógrafo profesional de música” y lo viví como si hubiese ganado un mundial! Me cambió la vida, salí elegido entre 7000 fotógrafos y fue un gran disparador. Viajé a Londres para recibir el premio y mi cabeza se transformó. Sólo podía pensar en viajar nuevamente para insertarme en el mercado europeo entonces organicé los recursos necesarios -no sólo económicos, sino de gestión y de logística-, planteé objetivos y armé un plan estratégicos. Esa fue mi inversión inicial. Hoy en día hay muchas opciones: becas de estudio, visas de trabajo, etc. Todos tenemos capacidad, conocimiento y habilidades para llevar con nosotros a cualquier parte del mundo.
Una ex novia me dijo que me busque una profesión que me lleve a cualquier parte del mundo, ahí comencé a estudiar fotografía y me desarrollé como emprendedor. Es cuestión de tener la habilidad de adaptarse: quien mejor se adapta a los cambios, mejor evoluciona. Nunca dejo de estudiar el mercado y es importante aprender de las equivocaciones y de los fracasos. La búsqueda y la curiosidad es clave. Uno se abre la puerta para viajar por el mundo, nadie te la abre. No es fácil pero con organización, constancia y convicción se puede lograr. Ya llevo dos temporadas en ese camino.
CE: ¿Algunos consejos para emprededores?
MA: Nunca empieces con una actividad con el único fin de ganar dinero, tiene que ser algo que te haga feliz todos los días y que te motive a levantarte cada mañana.
-Hay que dejar de lado las excusas y no dejarse estar. Nunca es tarde para empezar un emprendimiento pero hay que empezar lo antes posible.
-Es fundamental plantearse objetivos y estar actualizado dentro de las innovaciones de cada mercado. Hay que apuntar a la mejora contínua y no estancarse.
Matías Altbach es director de Positivo Negativo, una organización que asiste a quienes quieren emprender de lo que les apasiona. Más info en positivonegativo.org.
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