BUENOS AIRES (Redacción) – Puccini, Mozart y Chaikovsky son algunos de los compositores cuyas obras se presentan en el III Festival de Música en la plaza Vaticano. De jueves a domingo, a partir de las 20, se puede disfrutar de manera gratuita de proyecciones de ballet, ópera y conciertos en la pantalla gigante de ese espacio, junto al Teatro Colón.
La asociación civil cultural Centro Histórico Teatro Colón organiza por tercer año consecutivo este festival, que ofrece un programa heterogéneo y convoca a aproximadamente 1000 espectadores cada noche. Tal como sucede en las grandes salas líricas, la puntualidad es una característica que el público reconoce.
Por lo demás, el festival está pensado en función del espacio público: los que llegan más temprano pueden ocupar las sillas dispuestas por los organizadores, mientras que otros se llevan sus propias sillitas de playa para acomodarse, aunque al costado, más cerca de la pantalla. Como en toda plaza, no falta el vendedor ambulante de helados. Algunos espectadores van con sus mascotas, otros llevan el mate y algunos se llevan una picada en un tupper.
Sonia y Cristina son dos amigas que suelen salir los sábados. Aunque Cristina es fanática del jazz, también les pareció interesante acercarse a una propuesta nueva. «Total, si no nos gusta o nos aburre, nos vamos», comentaron.
José y Verónica tienen 22 años y ya tienen su abono para la temporada 2017 de ópera del Colón. «Sólo venimos a la ópera. Los conciertos y el ballet los vamos a dejar pasar. Pero nos parece genial que exista esta propuesta para la gente que no conoce. Obviamente no es lo mismo la sala con los cantantes y la orquesta en vivo, la araña y toda la atmósfera del teatro, pero como una aproximación puede ser muy interesante», dijeron mientras esperaban el inicio de Tosca.
Accesible
Laura y Ernesto, vecinos de San Cristóbal, asisten al festival desde el primer año. «Jueves y viernes no podemos venir porque yo trabajo hasta tarde, pero cuando podemos nos encanta», contó ella. «Lo que más nos gusta es la ópera. A veces vamos a las funciones del Teatro Avenida e incluso fuimos al Argentino de La Plata. Pero el Colón es carísimo. Nosotros somos grandes, no podemos ir a las ubicaciones de pie que son más económicas, pero tampoco podemos pagar el costo de dos cazuelas, por ejemplo. Sería buenísimo que hubiera funciones con precios más accesibles», reclamó Ernesto.
En el Teatro Colón los precios de las entradas varían según el título, pero en la programación de este año, una buena ubicación podrá llegar a costar hasta $ 4000 por espectador. Por eso, las funciones gratuitas en la plaza Vaticano son una opción muy valorada.
«Queremos presentar obras que no se pueden ver en Buenos Aires. Son títulos muy novedosos y de primer nivel internacional. La idea es desafiarnos y ofrecer distintos espectáculos; algunos más tradicionales, otros más vanguardistas. A veces gusta y a veces no tanto», reconoció Jorge Agote, director del festival. «El año pasado presentamos una versión libre de la Ópera Nacional de Oslo de El lago de los cisnes y en la mitad de la proyección algunos se empezaron a ir porque no les gustó esa puesta. Lo bueno fue que muchos se quedaron», recordó.
Para utilizar la plaza Vaticano los organizadores trabajan en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. El festival se financia en parte mediante la ley de mecenazgo, que permite a las empresas destinar hasta el 10% de lo que deben pagar de ingresos brutos a proyectos previamente aprobados por el Ministerio de Cultura. Además Arpeggio, el Teatro Colón y las embajadas de Finlandia, Francia e Italia aportaron los títulos que se presentan este año. Las obras deben tener los derechos de autor autorizados para su reproducción pública en América latina y las óperas, contar con subtítulos.