BUENOS AIRES (Redacción) – El cambio de modelo económico que prometía más empleo, más beneficios y una mejora en la calidad de vida ya comenzó a chocar con la realidad. Y esa realidad, además de comprobarla en los bolsillos de la gente, se ve en el comercio. Un fiel reflejo son las avenidas comerciales, entre ellas, la Avenida Córdoba, que en rubro indumentaria es uno de los polos más conocidos pero que desde hace tiempo sufre un incesante cierre de comercios.
La avenida separa hoy los barrios de Palermo y Villa Crespo, y un tramo de esta avenida que en su esplendor atraía a miles de consumidores entre las calles Julián Álvarez y Thames, luego se corrió a Aguirre y Gurruchaga, hasta que finalmente lo que eran varias cuadras con las principales marcas de indumentaria, hoy ya no están.
Según la Cámara Argentina de Comercio, había 27 persianas bajas hacia finales de abril con un pico en noviembre y diciembre, con 35 espacios locales vacíos, producto de un corrimiento del público que se volcó a distintos outlets de Villa Crespo como así también al shopping Distrito Arcos.
Difícilmente una zona comercial con marcas de primer nivel vuelva a recuperar el nivel de años anteriores. Producto de la crisis, otras zonas comerciales pero de menor calidad a menor precio es la avenida Avellaneda, en el barrio de Flores, que recibió más que nunca la migración de gente que compraba con un poder adquisitivo que hoy no tiene.
Si bien la economía es el centro de la escena, sea la Ciudad de Buenos Aires o el resto del país, el modelo económico sigue generando el peor de los resultados: pymes y comercios con persianas bajas. La Ciudad, no es ajena, y menos sus clásicos centros comerciales, hoy en retirada.