(ANSA) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cenará el sábado con su par de China, Xi Jinping, al margen de la Cumbre del G20 prevista en Buenos Aires. Así lo anunció el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, quien destacó que las posiciones de ambos países son todavía distantes sobre varios temas, incluido el robo de la propiedad intelectual. Pero añadió que existen «buenas posibilidades» de que «se llegue a un acuerdo entre Estados Unidos y China» en la bilateral en la capital argentina.
El asesor también confirmó los coloquios con los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Inicialmente estaba previsto que el mandatario norteamericano estuviera algunas horas en la capital argentina, tras su arribo previsto del jueves a la noche, pero el anuncio de la cena modificó la agenda del titular de la Casa Blanca.
La cena se realizará «a agenda abierta y en un lugar secreto para evitar problemas de seguridad». Entre las cumbres bilaterales del G20 que abre el viernes en Buenos Aires, la de Trump y Xi concita el mayor interés dada la «guerra» comercial desatada por los aranceles que sacudió las finanzas mundiales y que lleva costado uno mil millones de dólares.
Precisamente los jefes de Estado debatirán acerca de los cupos para exportar acero, además de temas de la agenda internacional como la cuestión de Corea del Norte. El anuncio de hoy se produjo luego de una pelea en distintos campos, incluso la verbal, con acusaciones de Washington a Pekín de ejercer «prácticas desleales, que dañan la seguridad nacional de Estados Unidos». Con el proteccionismo que caracteriza su gestión y convencido de que «si no tenemos acero, no tenemos país», Trump anunció en marzo pasado que impondría tasas del 25% para las importaciones de acero y del 10% para el aluminio.
El magnate republicano se cansó de reclamar «comercio justo» para su país a través de Twitter apuntando en primer lugar contra el gigante asiático y luego contra sus socios de México y Canadá, además de la Unión Europea.
Bajo la premisa de «America First», los gravámenes a las importaciones de ambos metales provenientes de esos países se materializó el 1 de junio pasado, en medio de críticas dentro y fuera del país, incluso un pedido de un centenar de legisladores republicanos de dar marcha atrás.
Pekín, a su vez, devolvió el favor aplicando tasas de hasta 25% sobre 128 productos estadounidenses, como carne de cerdo muy consumida en China, vinos y frutas por valor de tres mil millones de dólares.
Además instó a «revocar las medidas que violan las reglas» de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y admitió que las medidas de la Casa Blanca dañaban «seriamente» los intereses chinos. La «guerra» comercial entre las dos economías más grandes del planeta sacudió a los mercados internacionales al tiempo que crecían los temores de que afectara el crecimiento global.