BUENOS AIRES – Lo que está pasando en el mundo con el coronavirus es tema central, pero detrás hay otras preocupaciones, sobretodo para los emprendedores argentinos. Cerca de 30 mil empresas creadas vía SAS (Sociedades Acciones Simplificadas) deberán volver al papel y pagar elevados costos.
Esta novedosa forma de inscripción online nacida en 2017 fue dada de baja por la administración de Alberto Fernández, que da un plazo de 90 días para reinscribirse en formato papel. De esta manera, aseguran en el Gobierno, podrán subsanar la deficiencia legal en la que incurrirían de acuerdo a la resolución de la Inspección General de Justicia.
Para la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) esto es otro golpe que se suma a la inactividad producto del aislamiento social y para un sector que necesita producir y generar empleo.
«Después de la pandemia vamos a necesitar más empleo y las SAS naturalmente debería ser la herramienta de creación de trabajo ahora y en el futuro. Con esta determinación ahora tenemos que salir a reinscribirnos en medio de la pandemia y sumar costos, como los de hacer los papeles con un escribano», señaló Daniel Tarico, director ejecutivo de ASEA.
Ahora, tras la nueva disposición, llevar a cabo una SAS tendrá un costo seis veces superior. «El costo de constitución de una SAS se ha elevado de $8.437,5, a una suma 6 veces superior, ya que según los cálculos estimativos, para cumplir el trámite de los requisitos impuestos por la IGJ el costo rondara los $50.000″, aseguran desde ASEA.