BUENOS AIRES (Redacción) – Ya pasó un mes del siniestro desatado sobre el CESAC 14 (Centro de Salud y Acción Comunitaria) y ese fuego que en unas horas arrasó con todo, aún hoy no devuelve certezas por parte del Gobierno porteño.
El Cesac 14 se encuentra en el barrio de Villa Lugano, más precisamente en la villa Cildáñez localizada en el cruce de la avenida Directorio y la colectora Dellepiane. Se trata de una zona de muy escasos recursos, y el único refugio para brindar asistencia y salud a los habitantes del asentamiento era el Centro de Salud que hoy ya no existe a causa de las llamas.
Ahora, los trabajadores del lugar dieron a conocer un comunicado exigiendo el cumplimiento de los compromisos asumidos por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como ser la provisión de insumos médicos, personal de seguridad, carpas o refugios para los pacientes que esperan ser atendidos, y la reincorporación de «dos compañeras psicólogas recientemente incorporadas y trasladadas compulsivamente a otros centros de salud».
Desde el sector de los trabajadores, recuerdan que «desde hace tiempo que todo lo acontecido es consecuencia de años de reclamos ante la falta de recursos y servicios para que el centro de salud, los trabajadores y la gente puedan contar con condiciones dignas para la provisión de salud». Por el momento, las obras de reconstrucción del Cesac ya están en marcha y para diciembre deberían estar finalizadas. Durante las obras, los vecinos de la comuna son atendidos en el Centro de Primera Infancia y en Unidades móviles.
Desde la Mesa de Integración Social Urbana de Cildáñez, Fabio Oliva aseguró que está en marcha la creación de un grupo de seguimiento de las obras en el Cesac que tendrá como fecha clave el 10 de noviembre, día en que se realizará un mapeo con los trabajadores sobre el análisis de las problemáticas que se van detectando para seguir de cerca todo este proceso que está en ejecución.
«Lo que delata este seguimiento es que hay muchos problemas estructurales que son anteriores al incendio», asegura Oliva que, una vez más, evidencia la falta de presencia del Estado porteño en el sur de la Ciudad.