La pandemia en la Argentina, literalmente, aniquiló a casi todas las industrias y rubros. Sin embargo, a medida que vamos dejando atrás la peor parte del confinamiento más nos acercamos a un punto de rebote de la economía. En ese nuevo escenario, el negocio de las bodas parece prepararse para un gran boom. Por citar algunos datos: mientras que en el 2019 se registraron en Argentina casi 123.400 enlaces matrimoniales, en 2020 sólo fueron 3.861.
Al mismo tiempo, quienes debieron posponer su boda por las complicaciones de la pandemia o por no poder celebrar la fiesta más importante de sus vidas, ahora ya están analizando como una opción muy concreta volver a planificarla, o al menos, dar los primeros pasos. Gracias al avance de la vacunación en el país y a las condiciones climáticas que vendrán post invierno, son muchas las parejas que septiembre ven un horizonte más benévolo para el enlace.
Bodas
Sole Silva, especialista en importación de telas exclusivas y proveedora de las principales marcas de indumentaria de Argentina y Latinoamérica, asegura que “de repente las novias se dieron cuenta que se quieren casar todas de un día para el otro, entonces está creciendo mucho la venta y las consultas” . Y es que, aún en un contexto distinto al que muchas novias pensaron, estas se niegan a renunciar a la idea o al sueño de su “boda perfecta” y a una parte fundamental de la misma: el outfit.
Como sucede todos los años, en el 2020 y 2021, nuevas tendencias y modas estacionales llegaron también a los vestidos de casamiento. Con fiestas al aire libre -que pasaron a ser las preferidas, y en ocasiones, las únicas permitidas-, y el estilo más descontracturado, ciertos diseños se convirtieron en los elegidos.
El vestido
Si bien, a la hora de buscar el vestido indicado, hay decisiones que hay que tomar, como el tipo de silueta, el escote o las mangas, el valor principal se encuentra en “el tejido”. Así como también en los volúmenes y formas que pueden crearse a partir de él o ellos, ya que se los puede combinar, y, de hecho, es una tendencia que pisa fuerte en el último tiempo.
Actualmente, la moda, en lo que respecta a los trajes de casamiento, tiende hacia las siluetas limpias y con caídas naturales, lo que dio lugar a que algunos tejidos se convirtieran en los más solicitados: los crepés, las gasas, los georgettes, los de fantasía, el tul y el guipur. A ellos, muchas veces se le suman las organzas de poco gramaje que ayudan a conseguir volúmenes controlados, sin perder la transparencia y el efecto sutil de las gasas.
Qué piden
“Lo que más se pidió en estos meses son las gasas de seda bordadas, por su caída y su vuelo, y los guipiures, unas telas más opacas que no tienen brillo y que permiten, en conjunto o separado, un look más relajado para utilizar en celebraciones al aire libre”, aseguró Sole Silva. Sin embargo, comentó que debido al boom de novias que planean realizar su fiesta desde los primeros días de septiembre, no hay telas en el mercado, y menos aún aquellas telas diferencias.
Pese a las distintas alternativas, que corren por cuenta de las tendencias y los gustos personales, el punto que no puede negociarse es la calidad. En ella está el triunfo de cualquier propuesta.