BUENOS AIRES (Redacción) – La Ciudad de Buenos Aires puso en marcha una acción junto a los vecinos de cada comuna para escuchar regularmente los pedidos, quejas, consultas que se hacen en cada barrio de boca de los propios ciudadanos. Para eso, tanto el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta como su vicejefe, Diego Santilli, pactan una fecha en un bar para encontrarse con los vecinos.
Si bien la administración porteña cuenta con los recursos más variados, las quejas en los encuentros apuntan en todo sentido. Las realizadas en las comunas del sur, cada reunión generó un cierto clima tenso entre las autoridades y los presentes, quienes elevan el mismo reclamo una y otra vez: más salud, más escuelas, más trabajo y, por sobre todas las cosas, más viviendas sociales.
En las comunas del norte, los temas pedidos por los vecinos se concentran más en términos de inseguridad y delitos. De hecho, tuvo amplia repercusión el tenso clima generado cuando en algunos de los encuentros los porteños exigen más seguridad que la comisaría no puede garantizar o que, para peor, está involucrada en el delito mismo. Algo similar pasó en el barrio de Flores con el crimen de un niño mientras estaba de la mano de su abuelo.
Mantener lazos directos entre las máximas autoridades de la Ciudad con los vecinos de cada barrio es un hecho a destacar porque es un acercamiento a la gestión. Sin embargo, no poder brindar curso a los reclamos sobretodo en el sur, es una frustración «oficial».
Hasta el momento, el reclamo unánime en las calles de la Ciudad es la inseguridad. Luego, en cada comuna varía, aunque por regiones queda claro la grieta entre el norte y el sur.