Si hablamos de negocios piramidales, podemos encontrarnos con un universo de debates, discusiones y acusaciones sobre lo que para casi todos es un negocio fraudulento que sólo promete generar ganancias a costa del dinero de cada persona que entra en dicho espacio. El telar, rueda o flor de la abundancia, también conocido como mandala o célula de gratitud, es una modalidad de estafa piramidal que está muy activa en redes sociales y WhatsApp.
El esquema, sin embargo, es muy antiguo: es uno de los clásicos sistemas Ponzi, inventor del modelo por el cual varios aportantes al “telar de la abundancia” ponen dinero con la promesa de recibirlo multiplicado, a medida que entran nuevos “inversores”. Así sucesivamente hasta captar más personas, más aportantes por todos los medios posibles.
La Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) insiste con el llamado a la atención sobre estos negocios que se basan exclusivamente en un sólo fundamento: depende del ingreso de nuevos participantes ya que no se generan utilidades dentro del círculo y, de ocurrir esto, quienes pusieron dinero seguramente no lo verán de nuevo, mucho menos multiplicado en ganancias”.
Sin embargo, tiene aliados impactantes. En las redes sociales, por ejemplo, tienen la capacidad de expandirse increíblemente con engañosas pero atractivas publicidades, anuncios con supuestos casos exitosos, viajes, dinero, un perfil muy emprendedor, entre otros beneficios que en un país en crisis se convierte al menos en una duda para muchos y en una certeza para tantos otros que necesitan sumar dinero a sus bolsillo.
Quienes defienden este sistema tienen la capacidad para no dudar ni un instante de los beneficios que genera el negocio, porque quien entra puede recibir “hasta ocho veces lo destinado cuando ingresó, en un plazo corto de tiempo, es decir, una promesa de dinero muy tentadora que acompañada con documentación, archivos, experiencias, fotos, viajes entre otros elementos de seducción, los arrastra a caer en la trampa.
Quienes ingresan a este sistema en la etapa inicial son quienes generalmente sí reciben determinados beneficios porque son quienes luego reclutan en forma de abanico a cada vez más desprevenidos, y ante cada personas nueva que ingresa con cierto dinero le reporta ganancia a la persona que antes dio inicio al grupo. De esta manera, miles y miles de personas se agrupan en Grupos de Facebook y de WhatsApp alrededor de este negocio.
Julieta Magalí Ruiz fue la primera argentina en ser detenida acusada de liderar un engaño que afectó a unas 1.500 personas en la provincia de Tucumán. Incluso, recientemente, la cantante de rock Fabiana Cantilo primero salió a defender el Telar de la Abundancia para luego retractarse: “No apoyo a los Telares de la Abundancia, perdón entendí mal, a mí también me engañaron. Entendí que se hablaba de confiar y de dar pero nunca me di cuenta que se habla de plata”.
Los expertos aseguran que este sistema de captación de personas juega con la ambición y el afán por tener más dinero sin trabajar, pero acá la clave es el vínculo de confianza. Muchos reciben propuestas principalmente del entorno más cercano y privado, precisamente es lo que lleva a dudar: “Si me lo ofrece un familiar o amigo mío no debe ser un engaño”. Ocurre que justamente, quienes lo ofrecen generalmente también cayeron de buena fe.
Mucha gente, promediando el mes, puede ganar dinero cuando detrás de ellos logran captar a otras personas que destinan sus ahorros, pero estos últimos nunca verán ganancias, o muy bajas, y así comienza la estafa. Unos pocos al darse cuenta que los estafados son personas cercanas, se abren del sistema advirtiendo al resto. Muchos, siguen adelante.