BUENOS AIRES – Primero, para no quemar etapas, hubo que atravesar este último día hábil de la semana, un viernes con mucha tensión cambiaria luego de que ayer el dólar escalara rápidamente producto del nerviosismo pre electoral. Pero no hay tiempo de relajo, porque una vez pasadas las elecciones presidenciales del domingo, el lunes será un día de altísima expectativa: no sólo tendremos el resultado de las urnas, sino que se abrirá un nuevo período hasta diciembre.
Si bien la preocupación principal recae en el valor de la divisa estadounidense hoy y desde el lunes, el otro gran drama de los argentinos es qué pasará con los ahorros en dólares depositados en los bancos. Por esa razón, mucha gente se acercó entre jueves y viernes a las entidades bancarias a pedir sus dólares. No es para menos, lo sufrido tiempo atrás es suficiente como para no confiar en nada más que en el instinto de supervivencia.
Incluso, no fue suficiente sino todo lo contrario, las declaraciones de Alberto Fernández, el candidato a presidente del Frente de Todos que tiene la más alta chance de asumir en Casa Rosada desde diciembre. Su anuncio de que “se respetarán los depósitos en dólares de la gente” no sólo no trajo tranquilidad, sino que fue el disparador para que muchos recuperaran los billetes bajo el colchón.
Otro rumor también agitó el escenario. Ya casi no hay voz calificada que no descarte un endurecimiento del cepo cambiario desde el mismo lunes. Hasta hoy, la actual administración puso un límite de 10.000 dólares por persona física por mes. Ese techo pasaría a reducirse muy drásticamente y ese factor es otro más que se acumula al tétrico historial nacional.
Dicho todo esto, y en vigencia la veda electoral, resta ver cómo se pasará este viernes, a cuánto cotizará el dólar al cierre de los mercados, y qué pasará con las elecciones presidenciales. Desde el lunes, no habrá otra alternativa que sentarse a esperar que todo transcurra con la mayor tranquilidad posible. Al menos, un dólar que no se dispare tanto, que el cepo no sea brusco, y que la transición política de haberla, hasta diciembre, sea lo más ordenada posible.