BUENOS AIRES.- Salir a comer en la ciudad de Buenos Aires hoy nos permite poder sentarnos a pensar y elegir dónde queremos ir, ya que en todo el extenso territorio donde conviven 3 millones de personas, para comer abundan las ofertas y propuestas de todo tipo, pero un barrio que ha crecido mucho y que aún tiene más para dar es el de Chacarita.
Lejos quedó en el tiempo la asociación de este barrio con el cementerio y la estación. Hoy, en sus calles habitan excelentes propuestas para salir a comer, quizá no con lo chic de Palermo o el glamour de Recoleta, pero sí con su impronta propia que, en definitiva, es lo que vale.
Uno de los sitios que más gente atrae es el de Rita, en la esquina de Olleros y Fraga, donde por 250 pesos se puede acceder a un plato con entrada y poste, entre diversas alternativas que vienen muy bien en estos tiempos de crisis. Otro muy recomendable es García Castro, en Avenida Dorrego al 1300, donde los mediodías se lo puede ver repleto de comensales probando sanguches, ensaladas y muchas creaciones gastronómicas llevadas a cabo por sus propios dueños.
Uno de los pioneros del barrio, y pegado a Rita, es Mordisco, un antiguo bodegón que mutó hacia un local de hamburguesas y sándwiches caseros pero con calidad propia de gente que sabe de cocina. Pero no sólo esto ofrecen: también incluye el menú tortillas, tartas y wraps.
Otra opción, quizá haciéndole frente al paso del tiempo, es La Fuerza, un reducto donde quien entre se encuentre con una vermutería con aperitivos clásicos que nos llevan a esos bares porteños de otras épocas. Quizá como símbolo de resistencia a las modas -como las de las cervecerías artesanales- sus dueños apostaron a volver atrás en el tiempo para impulsarse hacia adelante.
Por la noche, Santos 4040 mezcla gastronomía con cultura, por eso atrae a mucha gente, muchos jóvenes y abrió un espacio donde los fines de semana se juntan decenas de grupos sobre la calle Santos Dumont. Y quienes buscan sabores más alejados que los tradicionales, Lekeitio es ideal para quien quiera conocer la cocina vasco-filipina que un estadounidense de nacimiento, pero de familia vasca radicada en filipinas, supo unir tanta diversidad cultural en un sólo lugar.
Así, Chacarita ya dejó de ser lo que era. Cuando tomemos el auto y pensemos dónde ir a comer por Palermo, hagamos un stop y recordemos que barrios como éste ofrecen muchas y buenas opciones.