BUENOS AIRES (Redacción) – Otra vez la polémica al momento de construir en la ciudad de Buenos Aires. Ahora, vecinos autoconvocados por los 14 túneles que el Gobierno tiene planificado construir en la Comuna 11 sobre la traza del ferrocarril San Martín y que afectarán particularmente los barrios de Villa del Parque y Devoto, no se quedan quietos y comenzaron a investigar sobre los riesgos que significarán estos pasos bajo nivel ante la no realización de estudios de Impacto Acumulado o los estudios de Alternativas, como son el Tren en Trinchera y/o la continuación del viaducto en altura.
La ingeniera hidráulica María Eva Koutsovitis, docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, investigadora, coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria y Secretaria del Departamento de Hidráulica, brindó declaraciones al diario Aquí Villa del Parque donde hizo referencia a los riesgos que implicarán estos túneles desde el punto de vista hídrico.
En el reportaje, la ingeniera aseguró que «cualquier obra de esta envergadura requiere como mínimo de un estudio previo de alternativas. Una alternativa es ejecutar 14 túneles. Pero existen alternativas diferentes que deberían haber sido desarrolladas y evaluadas, por ejemplo, el tren en trinchera o la modalidad de continuar el viaducto en altura».
Y continuó: «Estas obras se ejecutan con fondos públicos, por lo tanto, para asegurar una asignación óptima de los mismos es imprescindible desarrollar estudios comparados de alternativas. En este caso no hay, o al menos no hemos tomado conocimiento que existan estudios detallados de alternativas, sino que la única propuesta es hacer 14 túneles. Estos 14 pasos bajo nivel deberían estar sujetos a un Estudio de Impacto Acumulado. Es decir, debería haberse cuantificado el impacto que generan los 14 túneles a la vez y no estudios separados del impacto de cada uno de ellos. En este sentido debería cuantificarse el impacto que los 14 túneles tienen sobre el tránsito, la conectividad, la accesibilidad, las economías locales y también los impactos que generan desde el punto de vista de los escurrimientos hídricos».
«Desde el punto de vista de los escurrimientos hídricos este tipo de obras en otros lugares de la ciudad han tenido consecuencias muy negativas.
Por ejemplo los “sapitos” realizados en el barrio de Saavedra, y en particular el de la calle Arias, se diseñaron sin tener en cuenta adecuadamente los impactos hídricos que generaban. El sapito de la calle Arias, el 2 de abril de 2013 permitió el ingreso de un caudal de agua de magnitudes tales, que provocó la muerte de 4 vecinos. Este tipo de obras en general modifican el escurrimiento superficial de las aguas. Las vías del ferrocarril constituyen divisorias de subcuencas y cuando uno ejecuta la apertura de las vías a través de sapitos o como en este caso túneles de 300 metros de longitud, modifica los escurrimientos superficiales. Los desagües pluviales en la ciudad de Buenos Aires se ejecutaron con posterioridad a las vías del ferrocarril y se construyeron teniendo en cuenta la división existente que generan las vías, si uno modifica estas divisorias al escurrimiento, los desagües comienzan a funcionar distinto».
Y finalmente, concluyó: «Los túneles y sapitos conectan subcuencas, generando en algunos casos un efecto de “llamada” para el escurrimiento, que para eventos de lluvia de características extraordinarias puede llegar a tener efectos similares a los de una rotura de presa. Esto es ni más ni menos que lo que sucedió en el sapito de Arias el 2 de abril de 2013. Con la trinchera estos riesgos se minimizan ya que prácticamente no se altera el escurrimiento superficial.
En general, estos túneles se proyectan para “tormentas de diseño”, es decir, con sistemas de bombeo pensados para una lluvia “tipo”. Si pensamos en un evento extraordinario, donde los sistemas de bombeo resulten insuficientes o se vean interrumpidos por alguna razón (cortes de luz, por ejemplo), tendríamos 14 pasos bajo nivel colapsados a la vez que estarían impidiendo la circulación y comunicación a uno y a otro lado de las vías del ferrocarril.
En aquel evento del 2013 cuando colapsó el sapito de la calle Arias, el agua entró a las casas en cuestión de segundos. Un vecino del barrio Mitre, al ver semejante inundación sufrió un infarto y estuvo agonizando 8 horas sobre una mesa de su casa porque las ambulancias no pudieron entrar para rescatarlo. Otra vecina murió ahogada y aplastada por su heladera, cuando el agua arremetió en las casas en cuestión de segundos».