BUENOS AIRES – El magnate Carlos Slim fue uno de los primeros en alzar la voz para desterrar el histórico paradigma de las relaciones laborales ante un nuevo mundo que se abre paso: trabajar tres días a la semana, es decir, un cambio total de como hasta ahora el mundo relacionó a los seres humanos con el empleo, derecho básico de todo ser viviente. Sin embargo, desde su propuesta hace unos años hasta la fecha, nada cambió, al menos en términos reales.
La propuesta del magnate buscar potenciar la productividad en las empresas, pero bajo un nuevo esquema de jornadas laborales donde los trabajadores presten servicios tres días a la semana con una jornada de 11 días y con una jubilación hasta los 75 años, en lugar de los 65 actuales. En ese entonces, como cada vez que puede, Slim refresca su idea acerca de cómo implementaría el nuevo paradigma del empleo global.
“Insisto en que hay que hacer programas de que la gente trabaje tres días con 11 horas a la semana para abrir un segundo turno, unos trabajen de jueves a sábado y otros de domingo a martes, que tengan 4 días de descanso, pero que ya no se jubilen a los 65 años sino a los 75”, destacó el magnate quien defiende la idea de maximizar la productividad por objetivos en lugar de sentar a un empleado 8 o 10 horas al día en forma ineficiente.