BUENOS AIRES (Redacción) – Los industriales decidieron aplazar por unas semanas una confrontación con el Gobierno de Mauricio Macri aunque admitieron que esa paz endeble se acerca cada día más a su fin a pesar de los esfuerzos que realizaron para sostenerla. Sucede que en la línea de combate se pusieron grandes empresas, lo que significa que a medida que son afectadas por las inequidades del sistema de competencia local con el mundo, «en el camino quedarán cientos de pymes«.
La dura advertencia surgió desde el seno de la UIA, en donde admitieron que la heterogeneidad de las velocidades de las fábricas argentinas obligó a algunas empresas a retomar el camino del ajuste de personal ante el aumento de los costos locales, con la suba de la presión impositiva en las provincias y la creación de nuevos impuestos municipales, además de los nuevos cuadros tarifarios energéticos y logísticos.
Fuentes empresarias admitieron a BAE Negocios que existieron contactos entre ejecutivos de algunas fábricas con representantes gremiales para anunciar recortes presupuestarios que afectarán el desempeño de la actividad laboral. «Será una negociación muy difícil porque afectará no sólo a la empresa sino también a las pymes que son parte de la cadena de valor», alertó la fuente consultada.
Según el cálculo inicial, ante el primer daño importante a una empresa grande, «al menos 70 pymes correrán riesgo de cierre». Siempre de acuerdo a ese análisis, antes de perder rentabilidad podrían recurrir a la importación de bienes manufacturados que reemplacen los altos costos de los productos locales.
De hecho, varias pymes ya iniciaron el proceso de sustitución de, al menos, alguna de las partes de su cadena de producción para poder financiar sus desarrollos, ante el encarecimiento de los créditos en la plaza local. «Es una locura que se entiende aunque no la comparta. Pero los costos locales, la falta de herramientas financieras y las importaciones que no paran de entrar obligan a los empresarios a mantenerse a flote como sea», admitió el líder de una de las centrales territoriales que integra la UIA.
La semana pasada, la multinacional Arcor pegó un salto en su participación comercial, con el lanzamiento de los suplementos dietarios que comenzó a fabricar junto con el laboratorio argentino Bagó. Lejos de bajar el perfil, Luis Pagani se puso al frente de la avanzada -que le llevó tres años de desarrollo- con una fuerte inversión a pesar de los reclamos constantes por la caída de la competitividad que sufre el sector alimenticio.
Y sostendrá su contrapunto con la administración central siempre que los números contradigan las promesas oficiales sobre el cuidado de las fábricas locales ante el gradualismo. «Hoy el mundo está híper vendedor y los países más desarrollados controlan el comercio. No es viable ni sano seguir cerrados, pero tampoco nos podemos regalar», se quejó un dirigente fabril.
Un ejecutivo de Arcor afirmó que la relación entre Pagani y Macri «sigue siendo muy buena», y que incluso «se hablan muy seguido». Es una característica que muchos empresarios destacaron del Gobierno de Cambiemos, pero «la realidad te alcanza», suele decir otro de los integrantes de la UIA, cuando critica la falta de «autocrítica» o la «deficiencia» de algunos funcionarios.
Lo cierto es que habrá dos semanas sin reunión formales entre los industriales. También quedó con certeza la próxima cumbre fabril, a pasos de ingresar a un nuevo año electoral: será el 3 y 4 de septiembre próximo. Allí será presidente de la Conferencia Industrial el actual secretario de la entidad, Alberto Álvarez Saavedra, que lidera CILFA -la Cámara de los laboratorios nacionales- que se encuentra con reclamos por crisis de patentes y las negociaciones por acuerdos de libre comercio con la Unión Europea.
El Gobierno no tiene muy buenos recuerdos de un anfitrión que tiene en sus espaldas una mochila de reclamos sectoriales, como sucedió con el último presidente de la Conferencia, Eduardo Nougués, que representa a la azucarera Ledesma pero que además defiende los intereses golpeados de las economías regionales.