BUENOS AIRES.- Uno de los puntos de concentración de muchísima gente es el de la avenida Avellaneda, en Flores, un centro comercial de costos más bajos a las marcas tradicionales donde hay venta mayorista y minorista. Allí, transitar un día de semana como un sábado es casi imposible si se está en auto o a pie, entre la muchedumbre que suele llegar en forma personal o en contingentes para hacer compras.
Hasta el año pasado, entre las colas de los comercios y los vendedores ambulantes, más los autos y camionetas estacionados en doble fila, el lugar era realmente un sitio minado de tránsito, con demoras, cortes, caos y varios hechos de inseguridad. Luego, durante el año pasado, diversos operativos de las fuerzas de seguridad derivaron en allanamientos en depósitos clandestinos con mercadería trucha, como levantamiento de decenas de puestos de venta en la vereda.
Así, la eterna pelea entre los locales comerciales y los puestos logró llegar a su fin, con el valor agregado de que se liberaron veredas, la avenida retomó su curso normal, y transitar por la zona ya no dejó de ser una misión imposible. Sin embargo, ahora, luego de un año, otra vez volvieron los problemas. Numerosos vecinos comenzaron a denunciar casos de inseguridad, arrebatos, incidentes. Nuevamente, una gran cantidad de puestos de venta sobre las veredas y el caos histórico que volvió a instalarse en la zona.+
Por el momento, las autoridades porteñas no confirmaron que retomarán los controles y fiscalización de la vía pública, pero los vecinos ya sumaron voces de reclamo ante la falta de inacción.
La avenida Avellaneda es el centro comercial más importante de la Cuidad de Buenos Aires. Incluso, con las detenciones y controles sobre La Salada -que terminaron con la detención de Jorge Castillo, su principal organizador- muchos comerciantes y vendendores se volcaron a la avenida porteña, y muchísimos compradores se volcaron en masa a una avenida que, como siempre lo fue, es un caos casi las 24 horas.