La economía conductual no es un término muy conocido en el día a día de los negocios. Perdón, sí lo es para quienes navegan este océano, pero no para el resto de los mortales que deben convivir día a día con este tipo de encrucijadas que mezcla los números con la psicología. En el mundo de la economía, decidir si vamos a comprar una televisión o hacer un pequeño viaje técnicamente es conocido como el costo de oportunidad.
¿Qué es el costo de oportunidad?
Según el autor de la frase, Friedrich von Wieser, en su Teoría de la economía social dada a conocer en 1914, hace referencia al uso de los recursos que tienen un costo concreto por no haber elegido la mejor opción. Es decir, qué perdemos ante cada decisión no adecuada. Se puede definir el costo de oportunidad como el valor de la mejor opción que no se ha realizado. En otras palabras, lo que has dejado de ganar por tomar una determinada decisión que puede que, además, no haya sido la idónea.
De esta manera, el costo de oportunidad es importante para entender qué dejamos de ganar, elemento clave para tomar buenas decisiones en lo económico o financiero. Según los expertos, la forma más correcta de entenderlo es llevando todo al plano del tiempo o el dinero, dos de los recursos más fáciles de cuantificar porque son finitos o limitados.
Costo de oportunidad en finanzas
En términos financieros, el costo de oportunidad podría ser la pérdida que te genera mantener los ahorros en una cuenta corriente que no ofrece ningún tipo de interés, y ante la inflación hace que nuestro dinero pierda valor si lo hubiéramos invertido en un Fondo Común de Inversión.
En este plano, lo que no hacemos tomando una decisión activa como invertir nuestros ahorros en un instrumento financiero y dejarlo estático es un costo para esa oportunidad no tomada. Toda decisión que tomamos tiene un costo, y más si no tomamos la adecuada.
Costo de oportunidad en la vida
Aquí llegamos a lo que más nos interesa. Cada día que pasa en nuestra vida tomamos una indefinida cantidad de decisiones, y en el ser humano todo esto ocurre en milésimas de segundos, por eso es importante saber cómo calcular el costo de oportunidad que siempre se basa en casi los mismos parámetros: tiempo o dinero.
También puede ocurrir que las dos opciones que analicemos tomar tengan un costo. Allí lo que hay que hacer es restar al valor de la alternativa que elegida en contraposición con la mejor opción que hemos dejado pasar. ¿Ejemplo? con un cierto capital, invertir todo en acciones o poner un local.
Por eso decimos que calcular el costo de oportunidad es mucho más sencillo cuando la medida es el dinero, pero se dificulta cuando el dinero no es la medida y sí lo es las preferencias de uno. En el mundo de los negocios, aprovechar esto para poder atraer clientes es todo un arte. ¿Por qué lo es?
Porque al ofrecerle un presupuesto a un potencial cliente, éste debe caer precisamente en el costo de oportunidad que le representa destinar dinero o recursos a ese servicio que tendrá una contraprestación. Comparar se costo en dinero que saldrá de nuestras cuentas con el beneficio de dicho servicio será una ecuación que tenemos que hacer ver siempre como una inversión, nunca un gasto, y siempre (pero siempre), con un retorno de lo invertido.