BUENOS AIRES – Los emprendedores no la están pasando nada bien. En realidad, muy pocas veces tuvieron un buen pasar al menos desde el apoyo desde un Estado, pero esta no es la excepción.
Las oficinas de Etermax, creadores de hits para mobile como «Preguntados» y «Apalabrados» están ubicadas en Villa Urquiza y casi por cumplir diez años. Poseen un auditorio que recibe a emprendedores y programadores en variados eventos, y busca posicionarse como un polo tecnológico en sí mismo.
Max Cavazzani ha tenido que transformar su rol de fundador y su empresa busca separarse de las empresas medianas de juegos y crecer en el mercado internacional incluso con la reciente posibilidad de convertirse, por qué no, en el próximo unicornio argentino.
En charla con Forbes Argentina, Cavazzani asegura que «Argentina, siempre lo dije, tiene un muy buen o mal filtro inicial para emprender. Una cosa es el emprendedor con ayuda del gobierno, otra cosa es el emprendedor con dificultades con el gobierno, una cosa es ser emprendedor con una economía que mantiene las reglas del juego, otra con las que no. Pero a mí me gusta el país. En general, creo que muchas veces se utiliza todo esto como excusa. Creo que hoy es mucho más fácil. el mundo se hizo más fácil para el emprendedor, el mundo se dio cuenta de que los políticos no sacan a la gente de la pobreza, que lo que realmente saca a la gente de la pobreza es abrir nuevos mercados, y los que realmente crean nuevos mercados y crean el trabajo real y todo son los emprendedores, que todo lo demás es un círculo que termina en lo mismo».
Luego de instalar oficinas en Berlín, Montevideo y México, Etermax busca comenzar a convertirse en un laboratorio que combine la creación de juegos altamente efectivos con el desarrollo de inteligencia artificial aplicada mediante su nueva división Etermax Labs.
«Es por eso que Etermax lo que busca es ser un primer motor de esta nueva era, que tiene que ver con abrirse a nuevos desafíos, tiene que ver con poner un estudio en Berlín, tiene que ver con hacer juegos, con concentrarse en la educación, transformar la matriz económica de la región y del mundo también. Necesitamos emprendedores que crean en eso, necesitamos estudiantes que crean en eso tanto en el secundario como en la universidad», asegura el ejecutivo.
Gracias a su juego Preguntados (traducido a 23 idiomas y con una cantidad récord de instalaciones) hoy que obtienen mediciones constantes sobre cómo encapsular a la población en nodos y así darles contenido personalizado, definir interacciones y utilizar mecanismos naturales de la mente humana para maximizar algunos procesos como el del aprendizaje.
«El proceso que nosotros descubrimos es que cuando la gente tiene un uso para el conocimiento, por más que ese uso no sea el verdadero o el correcto, uno le da más significancia a ese proceso. El problema que tiene el sistema educativo en el mundo es que te dan los medios para un fin que no existe, no importa si existe o no, pero en tu cabeza no existe. Pero eso del colegio se traslada a la facultad y después se traslada al trabajo. Entonces creamos empresas con personas que lo único que están tratando de hacer ahí es ‘necesito que me evalúes, necesito que me digas si estoy haciendo las cosas bien, necesito validación´», dice. Y agrega: «Tratamos de entender qué necesita el mundo de nosotros, que por otra parte no somos el último orejón del tarro de Latinoamérica. Hoy podemos estar compitiendo de igual a igual con Finlandia, como estamos haciendo nosotros con eso o como está haciendo Mercado Libre o Despegar o Globant en otro tipo de arenas».
Para cerrar, Cavazzani asegura que «acá estamos para hacer cosas de nivel mundial y después se trata de encontrar la forma de trabajo que maximice el rendimiento de las personas en todo sentido: que estén motivadas, que estén dirigidas, que tengan un objetivo en común, que encuentren la forma de ellos mismos e ir encontrando cómo aliviarse con ese objetivo en común. Creo que el entorno creativo tiene que ver con eso, con marcar bien el norte ambicioso, mostrar las posibles formas de llegar a ese norte. Yo lo que busco todos los días es que ninguna decisión sea percibida como un capricho. Cuando sos un emprendedor, no estás disfrutando todos los minutos de tu vida, es una competencia de alto rendimiento, quizás la más compleja del planeta.»
«Pero es importante que los pibes sueñen de pibe con ser Marcos Galperín. Si los sueños de las personas no cambian, el país que viene no va a cambiar. Para mí no está bien que a los primeros de la lista no les conozcamos ni la cara, ni qué piensan porque lo único que generamos es una demonización. Hay que salir, hay que hablar, hay que decir. Los mejores en un grupo de personas, ¿adónde van? Quiero que sean emprendedores, quiero que sean políticos, quiero que sean trabajadores de nuevas industrias. Ahí quiero a las mejores personas y quiero que el resto de las personas festejen eso.» sentencia el empresario.