ARGENTINA.- «Ecosistema.» El término, tan recurrente en el ambiente emprendedor, describe el funcionamiento en forma asociada de sus integrantes. Por si quedan dudas, Florencia Frixione (31) y Diego Ochoa (37) fundaron una empresa basada en ese concepto. Frix es un marketplace de emprendedores que conecta a los que se inician en un mercado común donde pueden comprar y vender online entre «pares», y también interactuar con el público en general.
La solución surge de una sociedad entre la psicóloga y el analista en sistemas cordobés. Ella, que tuvo la iniciativa, reconoce una inquietud por hacer desde cuando, en su infancia, vendía revistas a domicilio en Villa La Angostura. Las demás experiencias fueron durante su adolescencia en Buenos Aires, ciudad a la cual se mudó para estudiar su carrera de grado. «Hice todo tipo de emprendimientos para poder pagar mis estudios y siempre tuve la misma dificultad que tienen todos los emprendedores: recorrer grandes distancias, perder mucho tiempo y hacer grandes sacrificios para vender», recuerda. El esfuerzo no siempre tuvo resultados y, como sucede con buena parte de las iniciativas, fracasaron en poco tiempo.
Vivencias y observación le sirvieron para dar el paso siguiente con mayor firmeza. «La idea nació en un evento de emprendedores; en un descanso vi el intercambio de tarjetas, y pensé: ?Si yo lograra que estas personas se vendieran entre sí, podría solucionar un problema'», relata.
En el sitio participan, por ejemplo, start ups como Colppy (solución de gestión contable), Puro Fieltro (artículos de fieltro), Increase (control de ventas) y Workep (plataforma para la conexión de equipos a distancia). Cualquiera puede acceder como comprador a Frix, sean consumidores finales o empresas, pero sólo los entrepreneurs menores a los cuatro años de antigüedad pueden exponer y comercializar allí sus productos o servicios. «Quien compra en Frix tiene tres beneficios: los servicios de emprendedores suelen ser más económicos, son innovadores y el comprador sabe que colabora con un emprendedor», dice la cofundadora del sitio. Entre las operaciones frecuentes, ejemplifica, una empresa de desarrollo de sitios Web consiguió varios clientes en Frix.
Desde que era un proyecto hasta que se hizo visible en la Web, el modelo de negocio inicial varió. Pensaron en publicidad, luego en armar subproductos que les permitiera monetizar y, finalmente, se decidieron por lo que resultó más conveniente: el cobro de una comisión por las ventas que los expositores hacen a través del marketplace.
Actualmente, con el modelo validado, el foco está puesto en la difusión y la obtención de usuarios. Para eso, dice la entrepreneur, se valen del ecosistema expansivo del emprendedorismo en el país y en la región: «Tenemos una mutua colaboración con las incubadoras, por la cual nosotros promocionamos a empresas que participan en sus programas, y ellos difunden lo que hacemos». Este mercado es otra de las consecuencias de un ecosistema que se retroalimenta. (Redacción CE)