BUENOS AIRES (Redacción) – La noticia prácticamente se convirtió en un tema central en la agenda mediática durante varios días, sobretodo mientras se concretaba o no el desalojo de los manteros de Once, quienes se resistían a abandonar sus puestos ilegales de venta callejera a cambio de ser blanqueados y trasladados a otro punto de la Ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, hubo final feliz. Los manteros desalojados de Once terminaron el curso que tomaron en la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) para convertirse en emprendedores, y así lo hicieron, porque finalmente se recibió más del 90% de los 900 alumnos anotados.
El presidente de la cámara, Osvaldo Cornide, les entregó sus certificados dentro del Programa de Capacitación de Habilidades y Oficios que duró más de un mes, con un total de 160 horas de clase. Estuvo dirigido exclusivamente a los vendedores callejeros desalojados de los alrededores de las avenidas Pueyrredón y Corrientes, que primero fueron censados.
Para ello tuvieron que cursar de lunes a viernes, cuatro horas por día, en distintas sedes, bajo la dirección de profesores profesionales de la CAME con una asistencia que fue casi perfecta.
Para que los manteros no desistieran, a cambio de su participación en el curso, los vendedores ambulantes recibieron un incentivo de $ 11.700 mensuales más la posibilidad de acceder a predios instalados por el Gobierno de la Ciudad para poder seguir vendiendo, pero bajo todas las condiciones de la ley.
Cornida, presidente de la entidad comercial, señaló: “Estamos emocionados por los logros alcanzados. El entusiasmo y las ganas de crecer de los vendedores nos han contagiado de esperanza. Al revés de lo que muchos pensaban, nosotros aprendimos de ellos. Aprendimos que unidos podíamos resolver el flagelo de la venta ilegal. Fue una experiencia innovadora, exitosa, de inclusión social y también inspiradora, para terminar con las mafias organizadas y rescatar a los verdaderos trabajadores, ayudándolos a formalizarse y a convertirse en emprendedores”.
El día después
Con el curso consumado, la duda no tardó en llegar: ¿Y ahora, qué se hace? A partir del curso, muchos ex manteros empezaron a diseñar o fabricar sus propios productos y algunos hasta se asociaron para proyectar su propio negocio dentro del mercado formal, resultado óptimo gracias al trabajo en equipo que fue fundamental para lograr que se asocien incluso entre algunos ya se conocían de Once, disputando un mismo espacio pero ahora unidos bajo un mismo proyecto.
Los manteros, durante el curso, pudieron estudiar temas como la comunicación, el comportamiento del consumidor y la defensa de los argumentos; las nociones básicas del emprendedorismo como liderazgo, propuesta de valor y plan de negocios, tabla de costos, evaluación del mercado y adaptación a las necesidades del consumidor. También se enseñaron nociones de derecho laboral, normas de convivencia en el ámbito del trabajo, herramientas tecnológicas útiles para la búsqueda de empleo y cómo enfrentar una entrevista laboral.
En definitiva, una muy buena solución que durante años nadie la pensó y que con muy poco, se logró hacer mucho.