Un ex Ministro de Economía argentino, una vez, dijo en una reunión privada con periodistas: «Inviertan en vivencias». Viniendo de un profesional de las finanzas y la economía, todos esperábamos un consejo sobre cuándo y en qué invertir dinero, sin embargo, el hombre que siempre aparece de traje recomendó invertir los ahorros en experiencias, recuerdos y viajes. Es decir, experiencias mata consumo.
Ante esto, Santiago Bilinkis, ex fundador de Officenet, indica que lo efímero da más felicidad que lo durable. Cuando a la gente le preguntan si da más felicidad cambiar el auto o hacer un viaje, la gente predice que el bien material aporta más felicidad. Sin embargo, cuando se le pregunta al que viajó en lugar de cambiar el auto, esa experiencia de viajar es mucho más alegre y duradera que la anterior.
Asimismo, dice el autor de Pasaje al Futuro, las experiencias provocan mucha más anticipación, ya que todos están excitados un mes antes de viajar, pero no un mes antes de comprarse una prenda. En lo social, esto también aplica, porque es mucho más satisfactorio hablar con amigos sobre un viaje que sobre el nuevo auto adquirido. Por eso, entre las opciones de una encuesta sobre qué te haría más feliz poder hacer en el corto o mediano plazo, la inmensa mayoría elige poder viajar.
Respecto de qué hacer con el trabajo para ser más felices, muchos creen que tener un sueldo más elevado provocaría más alegría, cuando en realidad a más sueldo, más gastos se incorporarán a nuestra vida. Por eso, muchos dentro de una organización, la gente es más feliz cuando tiene un trabajo no rutinario, y un empleo es mucho más optimizado cuando éstos desafían a la persona, siempre y cuando esa persona está a la altura del desafío.
Para Bilinkis, en otra de sus encuestas, el 81% de la gente es más feliz cuando puede hacer más trabajo comunitario. es decir, es muy satisfactorio poner en juego la gratitud. Puntualmente, si uno se toma unos minutos por semana en recordar por qué se siente agradecido a la vida, eso tiene un impacto muy positivo en la mente. Esto funciona no sólo con las cosas materiales, sino con las cuestiones de la vida misma.
Todos estos ejercicios casi nunca salen de uno mismo, pero implementarlos es un buen ejercicio para mejorar nuestro índice de felicidad. Todo esto, incluso, requiere tiempo de dedicación que si bien no es complicado, siempre la intuición no es el mejor consejero. Por eso, si creés que esto es una pérdida de tiempo, el desafío es hacerlo apenas unas veces y luego ver el resultado.