No son tiempos sencillos en la Argentina. En realidad, ¿los hubo? Históricamente, el país atravesó escenarios económicos de crisis, amesetamientos, repuntes y nuevas crisis, siempre dentro de una inmensa ola imposible de surfear. Y cuando esos momentos llegan, a veces el optimismo es un recurso para seguir. De eso, el que sabe mucho, es Martín Palermo, el optimista del gol.
En un artículo de Gonzalo Otalora para A24, el autor hizo referencia a una fórmula que el ex 9 de Boca Juniors utilizaba cuando finalizaba un partido sin haber podido convertir. El mismo recurso que puede ser aplicado a una Pyme o cualquier emprendimiento.
De hecho, el propio Martín Palermo es quien cuenta esta técnica en su libro autobiográfico publicado hace algunos años, Titán del Gol y de la vida.
La fórmula Palermo
Antes de cada partido, Palermo lo que hacía era visualizar a los rivales, a la cancha repleta, a sus compañeros y a diversos momentos que, obviamente, terminaban en gol. «Ese ejercicio de visualización, de programación mental, lo llevaba a reaccionar en la cancha casi de manera idéntica a lo que había soñado», señala el experto en franquicias.
«Ésa fue, según él, una de las grandes claves de su éxito. Tanto para meter goles, cómo para recuperarse de situaciones dramáticas: sus dos lesiones, en la rodilla y en tobillo y la fatídica noche que erró tres penales y se convirtió en un récord Guinness», agrega. Si bien esto no es nada novedoso, muy pocos son quienes recurren a la técnicamente constantemente para visualizar mentalmente lo que quieren concretar.
Para Otálora, una de sus estrategias es que, por ejemplo en una instancia de Pitch, el emprendedor una hora antes de ese encuentro crucial se vaya a caminar durante una hora, en soledad, para que recreen en su cabeza cómo será el desempeño y cómo terminará todo.
¿Para qué sirve?
Hay quienes aseguran que ante cada pensamiento se genera energía, y esa energía se traslada al cuerpo que, a su vez, es el encargado de brindarle señales para que accionemos con determinación, pasión y convicción. Incluso, según Otálora, «es insuficiente mentalizarse unos segundos antes de una reunión. Tienes que soñarlo en tu cabeza, vivenciarlo con tu cuerpo y sentir el éxito para estar programado a crearlo. Para algunos sonará a vende humo, pero otros lo aplican con éxito, como Palermo».
Lógicamente que este tipo de técnicas no harán que cada acción sea infalible, pero sí está demostrado el poder de la mente y cómo crecen las chances de concretar positivamente lo que uno se propone. Al mismo tiempo, cada ser humano es único y cada recurso influye de una u otra manera, pero no hay dudas de que en algunas personas, técnicamente o herramientas como estas, los resultados los tienen a la vista.
O no, ¿Martín Palermo?